¿Quieres que te acompañen también donde el encanto toma los colores esmeralda y rosa? Sube a bordo del Lady Luna, respira la brisa marina y vive el sueño.
Budelli y la playa Rosa
Durante nuestra excursión visitaremos varias islas, una de las favoritas de los visitantes es Budelli. Este nombre trae a la mente algunas vistas paradisíacas, como las piscinas naturales de Budelli y la famosa playa de Rosa.
En esta zona entre La Maddalena y Budelli, el cuerpo de agua es de una belleza impresionante, con transparencias formadas por bancos de arena blanca y fondos marinos que se superponen en brillantes tonos azules y dejan entrever a los peces que nadan libres en el mar cristalino.
Una joya brillante del archipiélago de la Maddalena, la isla de Budelli está protegida por restricciones paisajísticas que tienen como objetivo preservar intacto su equilibrio natural. Las playas y desembarcaderos están sujetas desde hace mucho tiempo a la prohibición del tránsito de embarcaciones, baño y paso por la playa. La Playa Rosa, como las demás de la isla, está protegida por estas normas, pero incluso desde la distancia es posible percibir el encanto que emana.
Lady Luna te acerca a este espectáculo que es un privilegio para unos pocos, con nosotros podrás apreciar y observar la Playa Rosa.
Desde hace unos años se puede navegar hasta el borde de las boyas que cierran la bahía.
Las piscinas naturales de Budelli
Budelli forma parte del Parque Natural del Archipiélago de La Maddalena desde 2016. Sigue siendo la parte más salvaje de la zona, y lo puedes sentir cuando navegas junto a las calas de arena fina a lo largo de sus doce kilómetros de costa. Pequeñas playas escondidas por la vegetación mediterránea emergen entre los granitos esculpidos por el viento. Una de ellas es la playa de Cavaliere, famosa por las piscinas naturales de Budelli.
La bahía se caracteriza por una arena muy blanca y fina, rodeada de rocas que toman los colores cambiantes de la hora y el rosa. El mar de enfrente es de un azul que parece pintado. No es casualidad que sea costumbre asociar el nombre de Budelli a las Piscinas Naturales. Cualquiera que desembarca aquí de frente y se baña en este mar no duda en decir que es una de las experiencias más hermosas de su vida.
Las piscinas naturales de Budelli son el lugar de nuestra segunda parada, durante la cual será posible nadar y disfrutar plenamente del paisaje circundante.
Características naturales
La pequeña isla de Budelli, con una superficie de alrededor de 1,60 kilómetros cuadrados, es el escenario de algunas playas conocidas por sus particularidades.
La playa Rosa, por ejemplo, se ha convertido en uno de los emblemas del Archipiélago de La Maddalena en el mundo, gracias a la característica arena rosa que es única en el mundo. Este detalle lo dan los microfragmentos de las conchas de un microorganismo, la Miniacina miniacela, que vive en el fondo marino sobre los rizomas de la Posidonia Oceanica. Las corrientes de baja energía llevan estos fragmentos a la playa y los depositan, dando vida al manto arenoso del característico color.
Estudios científicos realizados en los últimos años han demostrado que el impacto de la presencia del hombre en la playa coincidió con la erosión continua de la playa, por lo que sólo se preparó una apertura parcial. El respeto por estas reglas ayuda a mantener viva la belleza del lugar también para las generaciones futuras. Para que puedas disfrutarlo, la Autoridad del Parque ha habilitado un camino con pasarelas que dan a esta maravilla.
En el territorio de Budelli habitan la única tortuga terrestre del archipiélago, la Testudo marginata, y multitud de aves marinas que anidan en las costas y están protegidas como especies protegidas, como la gaviota corsa y real. La fauna se caracteriza por el matorral mediterráneo, enebro, lentisco, romero y lavanda silvestre, que mimetiza con sus colores a las rocas y levanta un embriagador olor en la brisa marina.
Historia y curiosidad
Un viaje al Archipiélago, entre Budelli y Spargi, Razzoli y Santa Maria, a tiro de piedra del Estrecho de Bonifacio, es el escenario privilegiado para conocer la costa agreste y las bahías de aguas cristalinas que dan vida a este sueño. Además del mar y la naturaleza, aquí también se encuentra la historia, en toda su grandeza.
Las islas de La Maddalena y las islas circundantes eran conocidas en la época de los romanos y habitadas ya en tiempos prehistóricos, como parte integral de las rutas de obsidiana, la piedra negra que viajaba entre Cerdeña, Córcega y Toscana.
Desde entonces, el hombre las ha amado, buscado y vivido siempre, hasta el día de hoy. El paisaje se presta a ser un escenario natural, y por eso Michelangelo Antonioni eligió la playa rosa para rodar algunas escenas de la película Desierto Rojo de 1964.
Tras pasar por varias manos privadas en 2016, se estableció el traspaso de propiedad al Parque Nacional Archipiélago de La Maddalena.
Una pequeña curiosidad: desde 1989 un único habitante, mirando la isla, vive en esta perla del Mediterráneo, pero ha anunciado que quiere dejarla en 2021, dejando finalmente la isla deshabitada.